La Hna. Celinda, o Celi, como todos solíamos llamarla, se destacó siempre por el servicios a los mas necesitados, a los mas pobres de los pobres, como atestiguaron todas las hermanas y laicos que la conocieron. Tenía una predilección especial por servir a las personas de la calle, a los indigentes a los cuales nadie se acercaba, mirándolos con dignidad siempre. Es así que participó como impulsora del comedor comunitario de la comunidad de Tierras Blancas, obra que se mantiene hasta nuestros días, y donde se le recuerda con cariño.
Ella, ya nos precedió al encuentro de la Cosa Amada, ahora le pedimos a ella que ore por nosotros.
Que su esposo la abraze eternamente, y a quienes la conocimos en esta vida nos de el consuelo de saberla feliz. Gracias por tu vida vocacional Hermana y por dejarnos ser parte de ella cuando fuiste nuestra asesora de Milpa. Un beso al cielo Hna. Celilinda.