Formarse en la vida de misión, no es algo que se haga a cierta edad, en verdad, siempre somos misioneros, y es que es imposible ser católico y no ser misión; y nosotros por nuestro carisma, esto lo tenemos muy consciente en nuestro corazón.

Así, para fortalecer esta identidad, y como hemos sido llamados desde siempre, es importante que desde niños nos formemos en la necesidad de llevar el evangelio y servir. Los niños de Catamarca son claros en esto, y semanalmente se reúnen junto a las CMT para profundizar en el conocimiento de Cristo Iglesia, y crecer en servicio a los demás.

¡Ni las tardes calurosas los detienen!

Les pedimos los tengan en sus oraciones; porque son la nueva generación de misioneros que el mundo necesita.