En un encuentro virtual realizado este lunes 14 por el Rotary Club San Andrés, de General San Martín, la hermana Martha Pelloni expuso sobre “Infancia robada” y describió su experiencia acompañando a víctimas de trata de personas y otras problemáticas sociales. El encuentro fue presentado por María Beatriz López y la presidente del club, María Angélica Gómez, dio el saludo de bienvenida y cerró el encuentro con un saludo final.

Integrante de la congregación de Carmelitas Misioneras Teresianas, Pelloni habló tras la presentación de Lidia Naim, quien destacó su labor en las marchas del silencio en Catamarca tras la muerte de María Soledad Morales y “la búsqueda de la verdad” en el “primer femicidio en la Argentina”.

Tras reconocer la colaboración que tuvo del ex intendente Ricardo Ivoskus en la investigación del tráfico de bebés, Pelloni señaló que “la sociedad necesita educación preventiva de tantos problemas”, reconoció que “María Soledad fue un antes y un después” y subrayó que “hubo primero una condena social antes de la judicial”.

Luego recordó su trabajo en la ciudad de Goya contra el tráfico de bebés en una situación “avalada por la Justicia y grandes empresarios” del lugar, antes de volver al presente para informar que desde la Red Infancia Robada “atendemos muchas víctimas de violencias”.

Rescató que en su lucha “uno busca y reúne las pruebas, la gente se juega y los jóvenes se comprometen” para lograr “la condena social”, antes de alertar sobre “el tráfico de órganos” y resaltar que “lo más importante que tiene el ser humano es su dignidad” y advertir sobre la “politización de los derechos humanos”.

La Iglesia Católica se ha puesto firme en el tema de los abusos de niños por los sacer­dotes”, aseguró. “El drama más grande que vemos es el abuso intrafamiliar, sobre todo donde hay mucha vulnerabilidad, pero se da en todas las clases sociales”, completó. Y también alertó sobre la “violencia cibernética”.

El relativismo y el dejar hacer provoca que todo dé lo mismo. Si uno no tiene una escala de valores, la juventud no tendrá educación y luego aparecen las violencias, la droga y el alcohol”, completó. “Hay que educar la esperanza”, finalizó.

Sebastián Cejas

Vía: Reflejos de la Ciudad.