En el libro de la “Historia de la Congregación de Carmelitas Misioneras Teresianas (Tomo II) de R. Viola. se describe como sucedió este importante evento que conllevó a la fundación de la primera casa en América.

Sorprende como se sucedieron los hechos, y sorprende aún más el celo misionero de las hermanas, quienes aún en etapa de organización y con un contexto religioso convulsionado; se lanzan a la misión ad gentes.

Goya, Provincia de Corrientes, Argentina. De unos 18.000 habitantes en esa época, fue el lugar donde se concreta la primera fundación fuera de España de nuestra familia carismática, a manos de la Sra. Encarnación Aguirre y Silva, y del párroco de la ciudad, el P. Secundino Rodríguez, acompañados de un grupo de señoras y un grupo de caballeros de la aristocracia goyense. Todos ellos interesados en la fundación de un colegio de enseñanza liderado por religiosas; quienes a través del Sr. Juan Porta, de origen tarragonés (tío de una CMT), quien por esos años vivía en Santa Fe (Argentina), los pone en contacto con la Hna. Rosa Plana y Hna. Teresa Font, Superiora General, ambas de la congregación del P. Palau.

Según Viola, pocas fundaciones tuvieron tanto significado en la fundación como lo tuvo Goya. Fue la casa número 27 que se fundó, el 20 de Mayo de 1896. Representó en su momento el abrirse totalmente al universalismo de la misión.

El contexto de la educación y de los conflicto Iglesia-Estado de la época en Argentina, hacían que las escuelas laicas se convirtieran en esa época en un símil de “descristianizadoras” y “antireligiosas”, según la visión de la época. De aquí el ahínco de aquellos laicos y laicas en la fundación de un colegio católico en la ciudad. El terreno fue llano y abierto para la superiora general, quien dio visto bueno a la fundación.

La primera expedición de hermanas que salió de Barcelona estuvo compuesta por: Hna. Emilia a de Santa Teresa, Hna. Magdalena de San Juan Bautista, Hna. Mercedes de la Trinidad, Hna. Concepción del Espíritu Santo, y la Hna. Antolina del Pilar. Salió el 21 de abril y llegó a Buenos Aires el 12 de Mayo 1896. Allí fueron recibidas por ciudadanos de Goya.

Tras dos días de descanso en Buenos Aires, salieron de la ciudad en tren, atravesaron Rosario (Sta. Fé) y llegaron a Santa Fe (Sta. Fé), donde se quedaron por cuatro días, en medio de muchos festejos, ya que eran las primeras religiosas españolas que aparecían por esas tierras.

El Obispo de Santa Fé, consiguió un tren expreso del gobierno, para trasladar a la comitiva hasta Reconquista (Sta. Fé), donde se hospedaron en un hotel el día 19 de Mayo 1896.

El 20 de mayo, tomaron un barco desde Reconquista a Goya, par por fin llegar a la tierra de fundación a través del Río Paraná. Según cuenta Viola, las hermanas, contagiadas con la alegría del recibimiento gritaron: “¡Estamos en Goya! ¡Hemos llegado a Goya!”.

Fueron recibidas con exclamaciones, fuegos artificiales y vítores.