“…nos encontramos en Betania” ha sido una invitación  que  poco a poco, durante este mes,  ha ido recobrando fuerza y vida, hemos podido experimentar nuestra “Betania” como tiempo de compartir, contemplar y celebrar juntas el camino recorrido. Hemos palpado al igual que Jesús, que no estamos solas, que tenemos buenas hermanas; compañeras de camino dispuestas a acoger y ofrecer descanso para recobrar ánimo y continuar nuestra entrega en el día a día.

Sentimos que la realidad sufriente de nuestra gente; enfermos, indígenas, jóvenes y personas en situación de riesgo, sigue aligerando nuestros pasos y dando concreción a nuestro compromiso. Este encuentro nos ha ayudado a como María, cultivar una actitud de escucha, de agudizar nuestros sentidos para seguir descubriendo la voluntad de Dios en este momento vital en el que nos encontramos.

El calor de sentirnos en casa nos ha llenado de esperanza, y hemos podido redescubrir sentidos fundantes y  levantar horizontes desafiantes. Cómo Jóvenes queremos seguir poniendo la mirada  en Jesús, nos sentimos profundamente comprometidas a continuar construyendo el Reino, desde pequeñas acciones y opciones personales, comunitarias y misioneras, s

 

omos parte de esta familia CMT, compartimos sueños y desafíos frente a los distintos procesos congregacionales que estamos viviendo y queremos sumar nuestro granito de arena, ser parte activa y propositiva de nuestro caminar como familia, como cuerpo.

Nos brota del corazón, agradecer a la congregación, a nuestras comunidades, a las hermanas; Pilar y Sonia que dedicadamente han soñado y cuidado  este espacio.

Toda esta riqueza la llevamos en vasijas de barro, por tanto, nos encomendamos a sus oraciones.

Un abrazo grande.

Angélica Valle (Chile), Leticia Ángeles (México) , Nancy Cáceres (Paraguay) y Verónica Proaño (Ecuador)