Después de la Misa de Inicio del Pontificado el papa Francisco recibió en el interior de la Basílica de San Pedro, a las132 delegaciones oficiales que acudieron a Roma. Las diferentes delegaciones más destacadas fueron la de Argentina y la italiana.
El Vaticano tuvo que realizar un importante esfuerzo diplomático porque entre las autoridades que participaron en la misa se encontraban 6 soberanos reinantes, 32 jefes de estado, 3 príncipes herederos y 11 jefes de gobierno.
Diez jefes de estado latinoamericanos acudieron a esta cita histórica, entre ellos Sebastián Piñera, de Chile que junto a su mujer pidió al Papa que le bendijera artículos religiosos o Rafael Correa, de Ecuador, que acudió con su madre.
También la presidenta de Brasil Vilma Roussef, o con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, que relagó al Papa un solideo blanco.
La delegación de Estados Unidos estuvo encabezada por el vicepresidente Joe Biden, desde Alemania acudió la canciller Angela Merkel y de España acudieron los príncipes de Asturias con el presidente del gobierno, Mariano Rajoy.
También acudieron líderes políticos de países en los que el cristianismo es un religión minoritaria como los príncipes herederos de Bahrein, el presidente del gobierno de Marruecos o los vice primeros ministros de Israel y Turquía.
El Papa saludó a todas las delegaciones y se entretuvo algo más con los representantes de aquellos países en los que se están viviendo conflictos armados.
Y al terminar la sesión no quiso abandonar la basílica sin saludar y agradecer el trabajo a las personas que habían trabajado para mantener el orden durante esa difícil jornada.