Dios me regaló poder acompañar a 85 jóvenes del DUOC de Concepción en sus misiones solidarias desde el 3 al 15 de Enero, en Llanada Grande, perteneciente a la diócesis de Puerto Montt que queda fronteriza a Argentina.

Cada día iniciábamos el día con la oración de la mañana, luego el desayuno y a las 10 hrs. formación para todos los misioneros. Ya a las 11 hrs se salía por comunidades a visitar a las familias y otras comunidades a trabajar en construcción de media agua, reparar la Capilla, el cementerio y la Plaza.Me toco acompañar a cada comunidad en sus caminatas,visitas y trabajos de construcción. Pude escuchar sus dudas, sus sueños y deseos de buscar un mundo más hermoso para todos. Era hermoso ver cómo se acercaban a los campesinos del sector, con qué amor y ternura estos jóvenes se involucraban en las penas y alegrías de las familias y de abuelitos que vivían totalmente aislados de toda civilización y compañía.

Almorzábamos todos juntos en el colegio que se transformó en nuestro hogar. Por la tarde se volvía a salir y a las 17:30 algunos jóvenes entregaban sus conocimientos de sus carreras al servicio de la comunidad como talleres de primeros auxilios, de computación, reportería y juegos infantiles.

A las 20 hrs compartíamos la eucaristía con toda la comunidad y poníamos en el altar todo lo hecho del día. Y finalizábamos con la oración de la noche las cuales siempre nos motivaban para reconocer el amor de Dios en nuestras vidas y dar gracias a Dios por todo lo que nos regalaba cada día.

Dios me quiso llevar a unos de los lugares más australes  de Chile para contemplar la belleza de sus paisajes, belleza de sus pobladores y belleza de los jóvenes misioneros que regalaron 12 días de sus vacaciones para construir con solidaridad, amor , ternura y compromiso el reino de Dios. Y todo esto con la dureza del clima de cordillera el cual nos dio dos días de lluvia intensa y luego días de intenso calor hasta llegar a los 41 grados.

Habían 1250 jóvenes de todas las sedes del Duoc de Chile misionando entre Puerto Montt y Osorno. los cuales nos juntamos todos en la Catedral de Osorno para terminar con una liturgia con Mons Rebolledo quien nos agradeció la iniciativa de querer misionar en lugares tan aislados de todo.

Doy gracias a Dios porque me regaló estos días de gracias, de poder caminar junto a ellos y de crecer con sus vivencias pero sobre todo doy gracias a Dios por haber compartido con jóvenes que están en búsqueda del amor, de la verdad, de la luz… de Dios.

Hna. Paola Riffo, CMT

Les comparto algunas fotografías de esta hermosa experiencia: