El papa Benedicto XVI proclamó el 7 de Octubre “Doctores de la Iglesia” al santo español Juan de Ávila (1499-1569) y a la santa alemana Hildegarda de Bingen (1098-1179).

La proclamación de los dos nuevos doctores de la Iglesia la hizo el Pontífice ante varias decenas de miles de personas que asisten en la plaza de San Pedro del Vaticano a la apertura del Sínodo de Obispos para la Nueva Evangelización.

Juan de Ávila e Hildegarda de Bingen se unen al reducido número de 35 doctores de la Iglesia, ya con ellos, proclamados en los dos mil años de la misma.

San Juan de Ávila es el patrón del clero español y se une a otros grandes doctores de la Iglesia nacidos en España, como San Isidoro de Sevilla (560-636), Santa Teresa de Jesús (1515-1582) y San Juan de la Cruz (1542-1591). Es importante señalar que este santo trato en vida con muchos otros como Ignacio de Loyola, Pedro de Alcantara, Teresa de Avila, entre otros.

Tras las lecturas de unas breves biografías de los nuevos doctores, Benedicto XVI procedió al rito de la proclamación, en latín; “Nos, acogiendo el deseo de muchos hermanos en el Episcopado y de muchos fieles del mundo entero, tras haber escuchado el parecer de la Congregación para la Causa de los Santos, después de haber reflexionado largamente y alcanzado un total y seguro convencimiento, con la plenitud de la autoridad apostólica, declaramos a san Juan de Ávila, sacerdote diocesano, y a santa Hildegarda de Bingen, religiosa de la orden de San Benito, doctores de la Iglesia Universal. En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

Tras la proclamación continuó la misa. Concelebran con el papa 49 cardenales, 7 patriarcas de Iglesias católicas de rito oriental, 71 arzobispos, 120 obispos y varios centenares de sacerdotes. En total 408.

Haber si algún día, quien sabe, Francisco Palau anda también por esos altares.