Tengamos todos juntos un año lleno de aceptación, comprensión, amor, compasión, acomedimiento y mucha paz en compañía de nuestro Señor Jesús y su bienaventurada María del Monte Carmelo. El año pasado cerró con dos buenas noticias: el trabajo en pro de lo laicos y su formación palautiana, en nuestra semiprovincia y las buenas nuevas que nos trajo el Capitulo General. Mientras que también tuvimos momentos dolorosos como el terremoto y maremoto en Chile.
Y 2011 nos llega como un regalo de nuestro Padre que nos va a dar muchas sorpresas. Habrá cambios mientras sigamos de pie de misión y la oración. No desperdiciemos ese don del tiempo que nos da Dios y hagámoslo mucho más productivo que el año que nos acaba de dejar con todos sus altibajos. Aprendamos a amar más a nuestros seres queridos y prediquemos que entre el Amor, para comprender con corazón sincero el misterio de nuestra iglesia, Dios y los Prójimos.
Encomendemos este año al Señor y que nuestros pasos sean guiados por su Luz y su Amor. ¡Feliz Año nuevo 2011!