Una historia que comienza en 1968

Mi nombre, María Alejandra Filippi y en estas letras comparto parte de mi historia.

Ingresé al colegio Del Carmen, a los 4 años y en mi vida escolar no sólo aprendí contenidos sino a vivir el carisma en lo práctico, en lo diario y en aquellas frases o palabras que se me marcaron a fuego y hoy me acompañan. Ale, “Pierde todo antes que la paz de tu corazón” resuena el consejo de Mª Olinda, “Enseña a pescar y no des pescado” Hna. Pilar, “Haz lo mejor que puedas para tú archivo del cielo” Hna. María Romero y otras tantas.

En esta, mi segunda casa, en la que me inicié como alumna, luego docente y madre, se formaron mis cuatro hijas mujeres; hoy profesionales con un sello especial que las distingue: prudencia, honestidad, compromiso y responsabilidad, orgullosas como yo de ser carmelitas.

Un largo caminar de casi 28 años de docencia por vocación y experiencia en el quehe desempeñado distintas funciones aprendiendo de cada una, sus aspectos singulares. La suma de esos aprendizajes y el trabajo en equipo me permitieron en estos dos últimos años poder asistir a la institución en el desafío más grande e impensado, superar el aislamiento con creatividad digital para sostener la educación en tiempos de pandemia. Educar en ese escenario de aislamiento nos obligó a realizar cambios pedagógicos, instrumentales y de pensamiento para afrontar las adversidades y promover la creatividad en el espacio escolar ya que proporcionar educación en un escenario desfavorable como el que vivimos, se convirtió en un reto para quienes teníamos el deber de educar y una experiencia que midió la entereza, profesionalismo y capacidad de adaptación a las nuevas realidades.

Hoy me encuentro acompañando el Equipo de Gestión Directiva, compromiso que implica observar, analizar, descifrar, acordar y dar respuesta a la luz de nuestro Carisma.

No es una dimensión más en nuestra vida, no se trata solo de hacer, es un modo de SER y de VIVIR, un estilo de vida sencillo en consonancia con el cuidado de la casa común y contemporáneo a la realidad.

Desde chica nos presentaron un retrato de gestos adusto, reservado y lejano, como si no, nos permitiera ahondar en su persona para conocerlo. Contemplando su imagen y leyendo sobre su vida, pude apreciar su firmeza y su espíritu de acción producto de su empatía con el prójimo y la realidad que lo interpelaba y desafiaba.  En sus escritos reflexivos encontré la semblanza que quería tener del Padre Fundador, aquella que nos invita al encuentro fraterno y a una búsqueda permanente de lograr la formación integral del hombre, que responde a un expreso deseo del padre FRANCISCO PALAU, quien valoró el “ministerio de la enseñanza” como un “servicio amoroso a la Iglesia”.

“Cuando se reúne la escuela, allí está Jesús, en medio de su familia”

FRANCISCO. PALAU carta 88

Cuando comprendamos que lo más preciado que tenemos y debemos cuidar es, “La obra grande de Dios, se labra en el corazón del hombre”,(Pdre. Francisco Palau), entenderemos que del corazón templado en la oración, saldrán las mejores respuestas para enfrontar un mundo en continuo cambio.

En la oración homenaje recopilo e integro algunas de las frases del Padre Palau que reflejan para mí, una semblanza cercana. Me ayuda a reflexionar, agradecer y disponerme confiada a la acción.

María Alejandra Filippi

HOMENAJE AL PADRE FRANCISCO PALAU
ORACIÓN

Señor, que vea en los prójimos tu rostro
que pueda reconocer en ellos tu obra
que valore del hombre, lo que tú labras en su interior
lo que no se ve, pero es grandioso.
Enséñame a vivir el don de este día,
Sin otros planes que los tuyos, los de cada dí
a.
Señor, mueve y dispone mi corazón en la oración,
hazlo dócil y ágil para misionar y servir, pues
marcharé por los caminos que Tú quieras abrirme
Perderé todo antes que la paz de mi corazón;
Porque es tiempo de orden y de paz,
de oración y de reposo.
Enséñame a vivir el don de este día,
Sin otros planes que los tuyos, los de cada día.

Señor, que en la misión compartida
encuentre siempre nuevos horizontes
para vivir mi compromiso con alegría y convicción;
sabiendo que tú siempre estas presente
cuando te invocamos de corazón.
Enséñame a vivir el don de este día,
Sin otros planes que los tuyos, los de cada día.

Señor, que en María Madre de las virtudes
encuentre refugio y protección para mi alma,
que infunda en mi,
fe y prudencia,
caridad y templanza,
para continuar construyendo
el futuro con esperanza.
Enséñame a vivir el don de este día,
Sin otros planes que los tuyos, los de cada día.

Señor, dame el pan de tu Palabra
ilumina con tu luz mi vida cotidiana,
permíteme comunicar
con alegría tu presencia
y abandonarme en Ti si
el cansancio o la desilusión me acechan.
Enséñame a vivir el don de este día,
Sin otros planes que los tuyos, los de cada día.