“Yo tengo una necesidad de renovar mis relaciones de amor para contigo”
Entre los días 17 al 29 de julio, un grupo de doce hermanas procedentes de Argentina, Paraguay y Chile, tuvimos la oportunidad de participar en el Curso de Mitad de la Vida para las hermanas de América se realizó en el Centro de Espiritualidad “Sta. Teresa de los Andes” – Auco (Chile) y que fue organizado por el Equipo general de Formación.
Fueron unos días muy especiales y significativos en este momento de nuestra vida consagrada; fue una gran oportunidad que Dios nos ha regalado para renovar en fidelidad el Sí de la Iglesia en nuestras vidas.
Durante estos días, profundizamos con el P. Larry Yévenes, sj acerca de la crisis y desafíos de la mitad de la vida, con hna. Maggie Loaíza, odm sobre nuestra vida como una historia de amor y con hna. Carmen Vázquez, cmt acerca de las relaciones fundadas en la caridad. Hna. María José Gay acompañó estos días y con ella, vimos nuestra experiencia del mundo vital.
Damos gracias a Dios, a la Congregación y especialmente a las hermanas de nuestras distintas comunidades, que hicieron posible que nos encontráramos para compartir experiencias de vida y misión, renovar nuestro amor a la Iglesia y “volver al corazón”…
A continuación, algunos testimonios:
“Llegue con muchas capas que no me dejaban moverme, durante el proceso del curso, fui sacando una a una. Ahora estoy más liberada y puedo así seguir lanzándome a las profundidades donde Dios va recreando, sanando e impulsándome a salir de mí misma y, con libertad seguir sirviendo a la Iglesia, en, con y por Ella. Gracias, ¡mil gracias!”. Hna. Ana María Vega.
“Doy gracias a Dios por todo lo vivido en estos días, de haber subido al monte y de renovar mi entrega para bajar a vivirlo en las comunidades y en la misión. Gracias por sus oraciones, Dios nos une en su Amor”. Con cariño, Hna. Susana González.
“Gracias una vez más a la congregación por este espacio de renovación, verdaderamente fue un recabar fuerzas en lo humano y en lo espiritual. Ahora a entregarnos a la MISIÓN que hay tanto que brindar, hay tanto por entregar. Nuestros hermanos nos esperan.¡ Gracias!” Hna. Amalia Ponce.
““Vuelta al corazón”… En este lugar en el que nos comprometimos a que fuera “sagrado” y l experiencia de entrar en el corazón de mi hermana a “pie descalzo” me ayudó a profundizar sobre sí misma, mi comunidad y la misión e ir descubriendo el valor de lo sagrado de una misma, de los demás y el del mundo, porque cada una refleja la imagen de la Trinidad, la belleza de la Iglesia… Doy gracias a Dios porque mi fragilidad hizo enriquecer mi experiencia y a la Congregación por este espacio que me regaló”. Hna. María del Carmen Velilla.
“Doy gracias a Dios y a la Congregación por regalarnos esta oportunidad de hacer un “alto” y tomarnos el pulso de nuestra vida y de nuestra misión. El encuentro y el re-encuentro en esta etapa de nuestra vida me ha impulsado a renovar mi mirada al futuro, con todas las experiencias vividas: con toda la realidad de gracia y pecado, de debilidad y fortaleza. Revisarnos, aceptarnos y saber que no caminamos solas en este camino que hacemos día a día y sorprendernos por la novedad de Dios en nuestra propia vida y en la de las hermanas, reconociendo la fidelidad de Dios que escribe recto aún sobre reglones torcidos. Agradezco a las hermanas que me han compartido su vida y a las que me escucharon con respeto sagrado. Jesús, el esposo fiel nos guarde a todas y nos de la gracia de la perseverancia hasta el final. Las llevo a todas en el corazón, en el recuerdo y la oración”. Hna. Ana Lucía.
“Doy gracias a Dios y a quienes prepararon este encuentro y que fue un espacio para mirar en perspectiva mi realidad. También estoy convencida que encuentros como este, donde hermanas de distintos países compartimos parte de nuestra vida es lo que puede hacer realidad la re-estructuración. Fue una experiencia renovadora, gracias. Dios bendiga tantos esfuerzos”. Hna. Cecilia Fernández.
“Estoy agradecida a Dios y a las hermanas que me brindaron la oportunidad. Los temas bien preparados, el lugar muy acogedor y sencillo, el ambiente de familia y sentido de pertenencia; de fraternidad y sencillez”. Hna. Magna Ruiz.
“Estos días han sido un regalo de Dios vivido en comunidad; el detenernos en el camino y encontrarse con las hermanas que han hecho camino y descubrir juntas las maravillas que ha hecho Dios en cada una y la invitación de continuar construyendo el plan de Dios en el mundo desde y con Francisco Palau en nuestras uniones de fraternidad”. Hna. Viola Ormazábal.
“Ha sido una oportunidad hermosa para reconocer el camino que, durante años, Dios ha hecho en nosotras, con nosotras y también un momento de renovar nuestro amor y compromiso de servicio a la Iglesia”. Hna. Adriana Montenegro.