Esta leyenda comienza con el viaje de expedición de Diego de Almagro a nuestro actual territorio nacional. Se cuenta que entre su tropa venían dos hombres sumamente importantes para el pueblo inca, ellos eran Paullo Inquill Tupac (hermano mayor de los Incas Huáscar y Manco II) y Huillac Uma, sumo sacerdote del sol. Este último estaba acompañado de su hija Huillac Ñusta (en lengua quechua, ñusta significa princesa).
Al regreso de esta expedición, mientras atravesaban el Desierto de Atacama, Huillac Uma decide huir de la tropa de Almagro acompañado por sus hombres y por su hija. La intención del sacerdote era colaborar con la rebelión del Inca Manco II, en Cuzco. Sin embargo su hija Huillac Ñusta no compartía esta decisión, y a la altura de la actual localidad de Pica, decide escapar. Un gran número de indígenas se va junto a ella y se quedan a vivir en los bosques de tamarugos, era tradición entre ellos matar a cualquier español o indígena bautizado que cayera en sus manos, por esta razón,
comenzaron a llamarla “Tirana del Tamarugal.”
Un día llegó a sus manos un europeo llamado Vasco de Almeida, hasta ese momento la Tirana del Tamarugal nunca había dudado en matar a alguno de sus prisioneros, sin embargo se enamoró de éste y amplió sus días de cautiverio. Durante el tiempo que estuvieron juntos, él le hablo de Dios, de la Virgen y de la vida eterna que podrían compartir, entonces la Tirana decidió bautizarse. Pero en ese momento fueron sorprendidos por sus indígenas y los mataron. El último deseo de la Tirana fue que los sepultaran juntos y enterraran una cruz cristiana en ese lugar.
Mucho tiempo después, el sacerdote católico Antonio Rendón llegó hasta aquellas tierras con la intensión del evangelizar a las personas que vivían ahí. Al encontrarse con la cruz de la Tirana y de su amado, decidió levantar en ese lugar una iglesia, la cual hoy conocemos como Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de la Tirana.
Historia de la Fiesta de la Tirana
La Fiesta de la Tirana comienza a desarrollarse en las salitreras de Tarapacá, desde antes de la Guerra del Pacífico. En esta zona minera se encontraban diferentes culturas que compartían diariamente: chilenos, peruanos, indígenas (atacameños y aymaras), afrodescendientes, chinos, europeos, entre otros. A pesar de que en 1868 la región fue afectada por un terremoto que destruyó la antigua iglesia de la Tirana, el contacto entre las diversas culturas que vivía en esta zona, generó el nacimiento de las diferentes tradiciones con las cuales se celebra a la Virgen de la Tirana. De todas formas, es después de la Guerra del Pacífico cuando la Fiesta de la Tirana se intensifica y va tomando muchas de las características que tiene hasta el día de hoy.
Hacia el año 1920, muchas de las cofradías (agrupaciones de devotos que organizan bailes y procesiones), que participan en la celebración de la Virgen de la Tirana, estaban formadas por trabajadores y pobladores de las distintas oficinas salitreras de la región. Los bailes más populares eran los chunchos, morenadas, mascaradas y cuyacas. Sin embargo, de todos los bailes y procesiones que se realizaban, se le dio un especial protagonismo a los bailes chinos.
Se le llamaba “chinos” a los indígenas y a los mestizos de ancestros diaguitas y mapuches que trabajaban en la mina de oro de Andacollo (localidad cercana a La Serena). En este lugar existía una cofradía de indígenas bailarines, quienes desde 1584 danzaban a la Señora del Rosario de Andacollo. La influencia de este baile llega en 1909 a la Tirana, con la participación de un baile chino de la Salitrera Pomposo de Antofagasta. En 1915 llegaron a establecerse en la Fiesta de la Tirana, los bailes chinos de la Fiesta de la Virgen de Andacollo. De esta forma, los bailes chinos se convirtieron en el baile principal de la Fiesta de la Tirana y en los únicos que tenían el honor de sacar a la Virgen a la procesión. Debemos recordar que dentro del proceso de chilenización se privilegiaban las tradiciones y costumbres chilenas, como lo eran en este caso, los bailes chinos.
Hoy en día la Fiesta de la Tirana es una de las celebraciones multiculturales más importantes de nuestro país, ya que en ella podemos observar como se reúnen y participan en conjunto, los elementos culturales típicos de las poblaciones que han vivido en esta zona a través del tiempo.