La fe es un regalo de Dios y la libertad religiosa un derecho. Sin embargo, en más de 40 países los cristianos enfrentan serias dificultades para vivir su fe. Las cifras impactan: 200 millones de cristianos sufren persecución u hostigamiento a causa de su fe. Son obispos, sacerdotes, religiosas, misioneros, catequistas y laicos que día a día perseveran frente las dificultades, que con esfuerzo y esperanza se mantienen firmes en sus creencias. A pesar del alto costo personal y familiar no abandonan sus países y, con su testimonio de perdón y reconciliación, contribuyen a la paz en regiones convulsionadas. Ellos nos dan un ejemplo de consecuencia y de fidelidad a Cristo.
Son los Héroes de la Fe de nuestro tiempo. Y necesitan de nuestra oración para no desfallecer. Más aún cuando acaba de concluir en el Año de la Fe.
El año 2006 la Conferencia Episcopal de Chile instituyó un domingo al año para rezar por la Iglesia perseguida en el mundo. Este año estará dedicado a sostener con nuestra plegaria a todos aquellos Héroes de la Fe. Conoce algunos testimonios:
Siria: La guerra civil ha dejado cientos de miles de muertos y millones de refugiados y desplazados internos. Desde que estalló el conflicto, cerca de un tercio de los cristianos del país están desplazados dentro de Siria, o han huido al extranjero. “El sufrimiento del país supera todo límite”, nos escribió desde Damasco el Padre Nawras Sammour.
Pero las víctimas inocentes de esta guerra no están solas. Sacerdotes y religiosas hacen grandes esfuerzos para auxiliarlos. Saben que su vida corre peligro, pero han decidido permanecer en Siria junto a quienes más los necesitan.
Ejemplos de solidaridad hay muchos. En la ciudad de Homs, una de las más afectadas por la violencia, un sacerdote que no da su nombre por motivos de seguridad, lucha todos los días para proporcionar alimentos, cobijo y medicamentos a más de 30.000 personas que huyen de la violencia.
En medio de la violencia, la Iglesia lleva el amor de Dios a los más necesitados. Las víctimas de la guerra en Siria no están solas.
Egipto: Un desastroso balance dejaron los disturbios del mes de agosto pasado. 42 cristianos muertos, 80 iglesias incendiadas y destruidas (49 ortodoxas, 19 católicas y 12 protestantes), 19 colegios católicos, 129 hogares y locales comerciales pertenecientes a cristianos quemados y destruidos.
Congo y Ruanda: En el corazón de Africa, 200 “Hijas de la Resurrección” rezan, viven y trabajan junto a los más desposeídos. Les ha tocado sufrir el martirio de algunas religiosas, pero confiadas en la infinita misericordia de Dios, irradian el esplendor del amor de Cristo Resucitado. Cada jornada las Hijas de la Resurrección reparten la sopa de los pobres a más 5.000 personas, salvándolas ese día de morir de hambre.
República Centroafricana: Es uno de los países más pobres del mundo, donde los cristianos se encuentran en una situación extrema, debido a los ataques de los rebeldes islamistas que controlan el país. El obispo español Monseñor Juan José Aguirre no los abandona. “Nos han quemado iglesias, el hospital pediátrico, el centro de internet, la farmacia… Nos han robado todos los medios de transporte para visitar a los fieles. Voy a pie a todas partes, caminando con mi mochila”, señala el obispo.
Fuente: Ayuda a la Iglesia que Sufre, AIS – Comunicaciones de Valparaíso