217414_10151496477603623_449845659_nDesde el 20 al 28 de enero la comunidad misionera de jóvenes MILPA Montsant hizo de la Escuela de Carrizal Maipo, a unos 35 kilómetros de Nacimiento en la octava región, su hogar. El propósito, realizar en ese sector una misión de verano en la cual participaron un total de 9 misioneros acompañados de las hermanas Marcela Jaque y María Ahumada junto a Silvana Carvajal, joven colombiana que se encuentra haciendo experiencia con las hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas.

En esta misión se priorizó la visita casa a casa y la cercanía con la gente,  llevando a cada hogar no sólo la palabra de Dios, sino también la compañía, la escucha y por sobre todo la oración.

Ya de regreso por la tarde, en la escuela, los misioneros tenían momentos de formación en los c66157_10151486766368623_2076633846_nuales por pareja se las ingeniaban para pasar los temas que correspondían cada día de manera lúdica y teniendo siempre como fin, además, fomentar la vida en comunidad.

Cada día realizaban una oORACIONración de la mañana y otra de la noche en la capilla de Carrizal Maipo, Nuestra Señora de Fátima, la cual además albergó la eucaristía realizada junto a la gente y la liturgia de la palabra, realizada el día final de la misión como tal.

También los misioneros compartieron su alegría con la gente en dos encuentros realizados en la escuela del lugar donde entregaron su agradecimiento por el recibimiento  con un emotivo video de fotos tomadas durante la misión y con la música y el baile de la cueca, entre otros ritmos.

Cabe destacar que la misión seguirá vigente en el lugar por 2 años más contando, para que así sea con el apoyo y entusiasmo del presbítero Eduardo Riquelme, Párroco de la parroquia de Nacimiento del Divino Salvador a la cual pertenece la comunidad católica de Carrizal Maipo.

Para todos los misioneros de la comunidad MILPA Montsant la misión resultó una experiencia inolvidable, cargada de regalos de Dios donde cada uno de quienes participaron en ella conocieron personas inolvidables, vivieron momentos maravillosos y reafirmaron y reavivaron el sentido de comunidad.

La verdad es que la comunidad de jóvenes anhelaba una misión rural y eso se notó porque cada día las energías estaban renovadas y sólo importaba llegar a cada casa con toda la alegría que los caracteriza.

La comunidad  MILPA Montsant agradece a las CMT por todo el apoyo brindado,  ya que se sabe que esta comunidad no cuenta con hermanas de la congregación en la  octava región lo que no fue impedimento para preparar una buena misión en conjunto con las hermanas, utilizando para ello las tecnologías que acortan las distancias y hacen posible una buena comunicación.

Por último, agradecer a Dios, porque es a su disposición que los misioneros se han entregado para que Él, los tome y los utilice como instrumentos que lleguen a la gente  y les entreguen lo que el Señor necesita entregarles.

 Valeska del Pino, MILPA Hualpén VIII Región.