Después de las rosas y lirios síguense entre las flores aromáticas los claveles. Son plantas muy comunes, fáciles en su cultivo, florecen en todas las estaciones del año; varias en sus colores, y abundan en sus productos. Su olor es de un gusto muy delicado.
La fortaleza es la tercera entre las virtudes cardinales. Tiene a su servicio la magnanimidad y la magnificencia, la paciencia y la perseverancia. Tiene en las batallas dos actos, que son: acometer y sostener hasta la muerte el terreno conquistado. Adelanta y no retrocede, hace guerra ofensiva y defensiva. Propuesto el bien que se ha de practicar, los medios y modos por la prudencia; en el ejercicio, en el acto, en la práctica, la fortaleza le sostiene firme, inmóvil, invariable y constante hasta el fin, hasta la muerte. La clavelina, una vez puesta en el jardín, se sostiene contra la intemperie de los tiempos y en medio de todas sus vicisitudes da claveles en todas las estaciones del año. Pertenece a esta virtud y a sus dependientes el don de fortaleza.
Entra en el jardín de tu alma, y ve si están floridas las clavelinas. Examina tu corazón. Propuesto el bien, resuelto a practicar tal o cual otra virtud, en la ejecución ¿eres firme, leal, constante? Venida por causa de tu virtud la persecución y la contradicción ¿qué haces? ¿Desfalleces? ¿Retrocedes? Revístete de valor, de fuerza y de ánimo; acomete con resolución cuantos actos te proponga y mande ejecutar tu prudencia en orden a la vida; ordena a Dios tu vida, y, planteado el orden, sosténle, y lucha con los obstáculos hasta vencerlos: coge tu flor, y al ofrecer a tu Reina tus propósitos, le dirás:
Señora:
Ahí está la flor de este día:
es un clavel en ramillete.
Os lo presento como símbolo de un propósito que he concebido,
y es el de poner orden a mi vida, un orden a mis acciones,
aquel orden que me dicta la conciencia,
y el de mantenerle en medio de las vicisitudes y contratiempos de este mundo,
y perseverar en él hasta la muerte.
Seré fuerte con la fuerza que espero recibir de Dios por vuestra mediación.
Aceptad esta flor.