El sábado pasado, 22 de octubre, volvió la peregrinación juvenil, después de tres años:
2019, estallido social, 2020 y 2021 por la pandemia: covid 19 (durante ese tiempo se
hizo algo simbólico). Siendo la 33 peregrinación.
Este año los jóvenes de todo el país han regresado con la alegría de encontrarse con Jesús a través de
Teresita (como cariñosamente la llamamos), los jóvenes venían de muchos lugares de Chile,
de norte a sur, de: parroquias, movimientos, grupos de amigos, familias, etc., esta
peregrinación juvenil, también se ha hecho extensiva a personas adultas, que desean
hacer este camino de 28 kilómetros de Chacabuco, (un pequeño poblado) al Carmelo
(Santuario donde están los restos de Teresita), durante este trayecto son animados e
invitados a seguir caminando con cantos, con alguna frase. En el largo trayecto a veces las
fuerzas flaquean, el calor arrecia, pero con entereza y dispuestos a encontrarse con
Teresita en su tumba es la mayor motivación para seguir haciendo camino, a avanzar con
el corazón lleno de gozo y alegría, ya que el lema de esta caminata fue: “Yo soy tu
alegría infinita”, por tanto toda la animación estaba enmarcada en ese tono, la
alegría.
Al llegar a la tumba, los esperábamos los dueños de casa, con unas palabras, sonrisa y
la acogida amorosa, hermanas y voluntarios los recibíamos, estando dispuestos para
acompañarlos en cualquier necesidad. Llegando a la meta del amor, muchos peregrinos caían de rodillas,
lloraban, se dejaban tocar por ese amor de Teresita hacia Jesús.
Esta fiesta de amor concluyó con la celebración de la Eucaristía, la cual, fue presidida
por el Cardenal Monseñor Celestino Aos, concelebrada por dos obispos auxiliares de
Santiago, los padres OCD del Santuario y varios sacerdotes, algunos de ellos también
caminaron junto a los jóvenes, éstos mostraban su alegría con sus banderolas de
colores y al final bailaron junto al coro con cantos religiosos.
Fue un día maravilloso, lleno de colores, alegría y felicidad.