I. Cariños de la reina y otras especies de malva
1. Esta planta es una de las especies en que se divide la malva: su hoja es muy suave y dulce al tacto: su flor es muy pequeña y sin olor, pero tiene el color carmesí de los más encendidos y vivos y nos ofrece las flores en ramillete. Huye los ardores del sol y ama los charcos de agua. Hay además otras muchas especies de malvas que toman sus nombres en cada país, según sus cualidades, y son también suaves al tacto y al olfato. La viola romana es una yerba despreciable a la vista,pero al anochecer hace sentir de muy lejos la fuerza de su olor.
II. Clemencia y mansedumbre
2. La clemencia modera, en cuanto es compatible con las leyes de la justicia, los rigores y la severidad de la pena; y la mansedumbre salva contra la ira la paz del corazón. Estas virtudes ablandan y calman, dulcifican y pacifican. La malva es una planta muy blanda y suavísima al tacto, y en sus especies perfuma con su fragancia y embellece con la variedad de sus flores nuestros jardines.
III. Clemencia y mansedumbre en María
3 . Clemencia: aplacar a Dios y mitigar la seve ridad de la pena debida por la culpa, esto fue una de las altas funciones que ejerció María para con el mísero pecador: lo fue duante su vida, y lo será mientras haya sobre la tierra pecadores. Mansedumbre: María fue dulce y blanda de corazón. Nadie la ha visto jamás airada.
IV. La flor a María
4. Cuando sopla en tu corazón el viento de la ira, de la inquietud y del mal agrado ¿qué haces? ¿te abandonas? ¿prorrumpes en quejas, en palabras malsonantes, injuriosas y mal plazadas? Cuando te sientes poseído del mal humor, agitado por un espíritu maligno, ¿resistes al ímpetu del corazón que amenaza arrebatarte su paz? Examínalo bien, y resuélvete a ser blando, manso y dulce, y, al ofrecer a María esta flor, le dirás:
Presentación de la flor
ORACIÓN. ¡Oh clementísima y dulcísima María! Os presento hoy la mansedumbre; yo guardaré la paz del corazón, y en el día malo resistiré al ímpetu de la ira. Así os lo prometo; recibid esta mi resolución, aceptad mi flor.