I. La viola simple y sus hijas

1. Entremos ahora a ver y a visitar en nuestros jardines otra familia muy rica y opulenta y muy distinguida en el mundo vegetal: es el alhelí, o viola. Unas hay simples y otras dobles: las primeras son las madres, porque producen la semilla. Las violas simples unas son doncellas y otras unidas o casadas… Las primeras no tienen virtud para fecundizar las simples, volviéndolas dobles, que son las más hermosas. Las casadas que tienen en su semilla virtud para producir unas y otras, esto es, simples y dobles. ¿Cómo se casan? Se toma una viola simple y se trasplanta con otra doble tan de cerca que puedan tocarse las raíces de una y otra. La doble no da semilla, pero la simple queda fecundizada por ella y su semilla nos da violas hijas suyas dobles y simples. ¿Cuál es la madre? claro está, la simple. Pues bien, esta es. . .

II. La templanza, virtud cardinal

2. Pero la doble ¿no es más hermosa? Sí: uniremos las dos en un ramillete, y lo tendremos todo. La templanza es una virtud que modera las pasiones del hombre. Tiene por ayudas de cámara a la honestidad y a la vergüenza, o sea el pudor y el rubor: y por hijas, la abstinencia, la sobriedad, la castidad, la virginidad, la continencia, la clemencia y la modestia. Con éstas principales vienen otras juntas y compañeras de éstas, cuales son la penitencia, la pobreza voluntaria, la mortificación de la carne, la mansedumbre, la humildad, la estudiosidad y la eutropelia, o buen modo en el vestir.

III. La templanza en María

3. María tuvo desde su inmaculada concepción sus pasiones ordenadísimas y por un privilegio especial ninguna se le rebeló jamás. Fue perfecta en esta virtud.

IV. La viola a María

4. ¿Cómo están en ti las pasiones? Hay una siempre que hace cabeza para las demás y se llama la dominante. ¿Cómo la sujetas? ¿la tienes en freno? ¡Ay! si la das libre expansión, te matará el alma: ve cual es la pasión dominante y sujétala; y ordenada ésta y vencida la que se te presenta cabeza de las demás, todas estarán subordinadas; resuélvelo así y tomando la flor de tus propósitos dirás a María al entregarlos:

Presentación de la flor

ORACIÓN. Señora: Os presento el alhelí emblema de la templanza. Yo me obligo a domar, a poner en raya y a suje tar mi pasión dominante. Dad fuerzas a mi resolución, y tomadla como cosa vuestra.