Dios está presente y anima nuestra vida, dinamiza y orienta nuestro compromiso y hace que contemplemos en nosotros y en los otros la belleza tatuada por él mismo.
Como familia palautiana vivimos el Triduo Santo para acompañar a Jesús y ser acompañadas y acompañados por él en la experiencia profunda de la transformación, de la transfiguración… que nos llevará a la resurrección.
Estos días te invito, me invito a mirarnos con cariño, con misericordia, con realismo, con los ojos tiernos de Dios. ¡Reconoce en ti tanto bien! Reconoce todos esos dones, esos esfuerzos por generar comunión, por abrirte y acoger a los demás; por construir comunidad, por sanar heridas aún abiertas y cambiar actitudes; por desplegar tu ser misionero y eclesial. Humildemente contempla también tus fragilidades, tendencias, barreras, prejuicios, complejos… Míralos, contempla esos momentos, actitudes, omisiones que han podido dividir, dañar, dificultar el camino de otras u otros, que han podido traicionar o romper la comunión, la armonía y la confianza en las relaciones, que han podido frustrar áreas del proyecto de Dios en ti y contigo con la Iglesia que clama y espera atención.
Una sola pregunta: ¿Qué ves?
Con cariño con unimos en la oración y reflexión que nos prepara a celebrar la Pascua.
Hna. María Isabel Obregón, cmt Animadora Provincial