Hoy Jueves Santo conmemoramos la institución del sacerdocio y de la eucaristía, como centro y misterio de nuestra fe. En la liturgia el Señor nos da un nuevo mandato, nos manda a amar hasta el extremo, a entregarnos en servicio a los demás, Él mismo, siendo nuestro Rey, se hace pequeño, se hace servidor, dándose sin esperar nada a cambio. 

En el lavatorio de los pies veremos representado el ejemplo que nos quiso dejar Jesús para que lo imitemos, te invitamos a contemplar esa escena siendo consciente de la figura de Jesús presente en el sacerdote, contempla en silencio y trata de escuchar la voz de Dios en tu corazón, piensa: 

¿Por qué el Señor ha querido hacer ese gesto antes de su Pasión? ¿Trato de ser fiel a su mandato de amar como él me amó? ¿Cuál es mi motivación cuando participo de la eucaristía y encuentros eclesiales, ser servido y criticar lo que podría ser mejor o poner a disposición los dones que Dios me dio sin buscar reconocimientos?

Te pedimos Señor Jesús, que nos concedas la gracia de acoger tu amor, que nos llenes de él y nos lleves a darnos como vos te diste, haz que crezca nuestra devoción a tu Santísimo Cuerpo y así al adorarte cada día ser un mejor reflejo tuyo para los demás.