Estamos terminando el año litúrgico y como iglesia celebramos la Solemnidad de Cristo Rey del universo… Señor del espacio, del tiempo y de la historia…Rey de mi vida y mi universo interior.
Aprovechemos este domingo para mirar nuestro año 2018 y tratar de descubrir, con sencillez y sinceridad, cuánto hemos dejado a Cristo ser rey de nuestra vida, opciones, proyectos, tiempo, relaciones, afectos, sueños. ¿Ha reinado Cristo o he reinado yo?
Cada vez que lo dejamos reinar en nuestras vidas estamos celebrando esta solemnidad. Porque celebrarla no se trata sólo de participar en la última Eucaristía del tiempo ordinario sino sobre todo de dejarlo ser Señor en nosotros, asumiendo libremente sus caminos, sus criterios, sus maneras, sus amores, sus predilectos, su Palabra…
Miremos nuestro año. ¿A qué nos ha llamado el Señor? ¿Cómo ha sido mis repuestas? ¿Qué puede significar en lo concreto de cada día que reine Él y no yo? ¿Podríamos decir con el salmista de hoy “¿Señor, tu eres nuestro Rey”? Puedo decir “¿Señor, tú has sido y eres el rey de mi vida”?
El próximo domingo comenzaremos el tiempo de Adviento y con él un nuevo ciclo litúrgico. Esperaremos a Jesús, celebraremos su nacimiento y desde allí caminaremos con él sus pasos en medio de nosotros durante todo el año. ¿Será mejor el 2019 que este 2018? ¿Nos prepararemos y dispondremos para que Jesús reine un poco más en nosotros y a través de nosotros en el mundo que nos rodea?