“Nace Cristo, nace la Iglesia” MR 322 Es en el misterio de la Encarnación donde Francisco Palau ve el nacimiento de la Iglesia, el Verbo hecho carne incorpora a sí a toda la humanidad, naciendo de esta forma, la Iglesia.
De esta premisa se desprende que cada misterio de Cristo, es misterio eclesial a la vez, pues: “La Iglesia está en Cristo y Cristo en su Iglesia, siendo los dos una misma cosa” (Iglesia 3,1) ¿Qué notas particulares reviste la Iglesia con el Misterio Pascual que estamos celebrando? ¿Cuáles son los rasgos característicos de la Iglesia en Pascua?
La Iglesia de la Pascua es una Iglesia que ha vivido y experimentado en sí misma la muerte: la muerte del sufrimiento, del dolor, del pecado, de la humillación, de la burla, de la difamación, de la incomprensión. El Padre Palau, nos invita frecuentemente a estar en contemplación de esta Iglesia: “Mírale en este cuerpo que es su Iglesia, llagado y crucificado, indigente, perseguido , despreciado y burlado” (Carta 42). Una Iglesia que necesita ser acogida, consolada, sanada, redimida.
Pero ¡Cristo Resucitó! La Iglesia de la Pascua es una Iglesia que habiendo pasado por esta realidad, está llamada a resucitar con Cristo y a vivir, transmitir y pre anunciar la alegría definitiva de l triunfo sobre la muerte.
Vivir la alegría de ser una Iglesia Resucitada:
Dando testimonio de la fuerza de la comunidad que adquiere matices particulares con el acontecimiento pascual. Una comunidad que acoge y envía, una comunidad en pleno dinamismo de servicio y misión, una comunidad que no se repliega sobre sí misma, sino que, mas bien, es una comunidad esencialmente misionera. La comunidad de la Pascua, es una comunidad en expansión, que vive la caridad fraterna, que se reúne en torno a la fracción del pan, que ora y recibe la enseñanza de los apóstoles, una comunidad que cada día integraba más miembros a sí (Hechos 2, 37ss: 4,32ss).
Transmitir la alegría de ser una Iglesia Resucitada:
La Iglesia de la Pascua es una Iglesia esencialmente misionera, que transmite la Buena Noticia de Jesús muerto y resucitado ( 1 Cor 15, 14-15). Una Iglesia que ha experimentado en sí misma la alegría de la Resurrección y se lanza a transmitirla. Jesús Resucitado encomienda esta tarea a su Iglesia “Id por el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación… Ellos salieron a predicar por todas partes” (Marcos 16, 15.20). La Iglesia de la Pascua es una Iglesia que adquiere la dimensión de la universalidad, que supera las fronteras de Palestina y se abre al mundo, una Iglesia multicultural con rostros y lenguas diversos pero una fe común.
La Iglesia de la Pascua es una Iglesia valiente para transmitir su fe, que abre fronteras y supera obstáculos, una Iglesia que vive la persecución y que aún así no cesa de anunciar, hasta la muerte si es necerario (Hechos 7, 55s)
La Iglesia de la Pascua es una Iglesia que impulsa la conversión: los que escuchan el mensaje se convierten y se hacen bautizar y se les otorga el don del Espíritu, pasando a formar parte de la misma Iglesia (Hechos 2, 41: 4, 4: 6,7, etc).
Pre anunciar la alegría definitiva:
La Iglesia Pascual es una Iglesia que está en el mundo pero su meta la tiene puesta en la alegría definitiva de la Vida Eterna. La Iglesia de la Pascua vive en este mundo los valores del Reino, es una Iglesia Santa que en el ejercicio de las virtudes y los dones del Espíritu Santo, vive la unidad, encarna la comunión. La Iglesia Pascual es una Iglesia llamada a aspirar a la santidad viviendo la íntima comunión con Cristo su cabeza y sus miembros, una Iglesia que se deja traspasar por la caridad y así, obrar la unidad.
La Iglesia de la Pascua es una Iglesia que sabe que entre los aleluyas de la tierra hay muchos dolores y muchas espinas, una Iglesia que recuerda las palabras del maestro: “Ya no comeré con vosotros esta Pascua hasta que juntos la comamos en el Reino del Padre”. Y que con esta certeza camina, peregrina procurando vivir y hacer vivir la alegría acá en la tierra.
La Iglesia de Pascua es una Iglesia comunitaria, misionera y santa, que vive, transmite y de esta forma preanuncia la alegría eterna del Reino definitivo.
!Alégrate ha resucitado el Señor!
¿Cómo está nuestra alegría como Iglesia de Pascua?
¿Cómo está tu alegría como mujer consagrada en el Carmelo Misionero Teresiano?
¿Cómo está tu alegría como cristiano?
Si cada misterio de Cristo, es misterio eclesial, bien podemos terminar con estas palabras:
“¡Resucita Cristo, Resucita la Iglesia!”