Una nueva etapa para las comunidades de México
Ciudad de México, 1 de junio 2013
Hoy tuvimos la celebración de integración de las comunidades de México a la Semiprovincia Virgen del Carmen. Estuvieron presentes hermanas de las tres comunidades, las novicias, Hna Inés Fernández, en representación del Consejo Provincial de la Provincia San Elías y Hermanas Adriana Montenegro y Elvira Acevedo, provincial y consejera respectivamente, de la Semiprovincia Virgen del Carmen.
Nos reunimos en la capilla del Noviciado Interprovincial y comenzamos nuestra celebración invocando al Espíritu Santo, luego escuchamos la Palabra de Dios en Génesis 12,1 ss. y procedimos a leer el documento del consejo general que determina la incorporación de las comunidades y hermanas de México a la Semiprovincia Virgen del Carmen. Hicimos un breve momento de silencio para orar y acoger este paso que Dios nos pide en el caminar hacia la unificación de América.
A continuación, y como signo de nuestra voluntad de integrarnos según el plan de Dios, cuatro hermanas fueron depositando y mezclando, en una vasija ya preparada junto al camino, tierra de la Cueva de Aitona, de la Casa Madre de Tarragona, de México y de Chile. En ellas, y formando ahora una sola tierra, estaban nuestro anhelo, deseo y voluntad de hacer el camino que como congregación hemos decidido recorrer en estos tiempos de reestructuración. Seguidamente, fuimos invitadas a expresar aquello que estábamos dispuestas a aportar en este nuevo caminar juntas. Fue un momento emotivo, en donde cada una fuimos expresando con libertad y sencillez aquello que ofrecíamos como don para esta nueva etapa. A medida que compartíamos poníamos una pequeña sandalia en el signo del camino que era el centro de nuestro compartir. Con el aporte de todas recorremos las sendas que en este momento Dios nos pide, la Iglesia necesita y la congregación ha querido asumir.
Fue particularmente emotivo el momento en se dio gracias por todas las hermanas que han pasado por tierras mexicanas y que han sido parte del construir y afianzar las presencias que hoy tenemos acá.
Finalizamos este momento orando a nuestro Padre, cantando la Salve y dándonos un abrazo de acogida que quería significar no solo el acogernos unas a las otras sino también el acoger la voluntad de Dios para nosotras.
Hna. Adriana Montenegro, CMT.