La Congregación entera, y cada Carmelita Misionera Teresiana en particular, unidas a los Misioneros Laicos Palautianos (MILPA), el 7 de noviembre, fiesta de nuestro Padre y Fundador, Francisco Palau Quer, nos vuelve a ofrecer la posibilidad de ponernos en camino a “pie descalzo”, a abrir los oídos del alma para escuchar atentas lo que quiera decirnos.

Él como buen director y padre, sale a nuestro encuentro, nos invita a re-leer su mensaje. Mensaje de experiencia y doctrina: Como cada año, Francisco Palau llama nuestra atención de un modo particular.  Re-leer su vida y escritos abre nuevos horizontes a nuestra vida a veces un poco adormecida.

Nos contagia valor y esperanza, trasmite a la congregación y a cada una de nosotras, sus hijas, la fe profunda de buscador incansable, nos da fuerza para sacudir nuestras inseguridades, nos ayuda a cambiar, a afrontar riesgos, a
caminar tras el proyecto que nos dejó y que no acabamos de descubrir porque nos cuesta renunciar a nuestros sueños humanos.

Un proyecto que no es otro que el amor y la pasión por su Iglesia: Dios y los prójimos, pueblo de Dios en camino, casa abierta a toda la humanidad, familia de los hijos de Dios, techo común donde todos tienen acogida, hogar adonde todos los hombres se sienten hermanos. Esta Iglesia a la que Francisco Palau amó y sirvió en el pobre, endemoniado o necesitado . Una Iglesia de la que Cristo es Cabeza y guía.

Francisco Palau, vuelve a invitarnos a dejar nuestras seguridades humanas para volver a lo esencial. Escuchemos su mensaje de experiencia y doctrina de hombre sencillo, luchador y profeta, enamorado de Dios en el ser para los demás –Iglesia-, comprometido con la sociedad de su tiempo. Él no supo de seguridades sólo quiso vivir el proyecto de Dios.

Un nuevo 7 de noviembre con Francisco Palau, nuestro fundador, nos invita a sumarnos al gran desafío de este buscador y luchador, que dijo sí en las marchas y contramarchas de su camino, guiado con la sola luz de su corazón enamorado. Ojalá, sus hijas, una vez más, nos animenos a: mirar a Francisco Palau con los ojos de la vida,. o lo que es mejor: a mirar la vida con los ojos de Francisco Palau.