El día 31 de Enero se llevó a cabo la peregrinación juvenil a nivel nacional al cerro del Cubilete ubicado en Silao Guanajuato.
Hnas. Norma F, Pérez (Mexicana) y Laura Isabel Matamala L. novicia (Chilena) acompañamos a la PJ de la parroquia Jesús sacerdote, del VI decanato de la Arquidiócesis de México. Junto a ellos realizamos un itinerario de preparación previa para la peregrinación juvenil, abordando el tema de la paz y justicia en la patria mexicana desde la perspectiva de adoptar un compromiso concreto en respuesta de ésta. Iniciamos desde la sensibilización de los acontecimientos que están ocurriendo en nuestro país; el secuestro, la corrupción, los asesinatos, la tortura y muchos otros hechos que denigran gravemente a la persona humana.
Hicimos el ejercicio de encontrar a Dios dentro de esta realidad, a descubrir su presencia liberadora y reconocerlo como compañero de camino, Que no es indiferente ni ajeno al dolor de su pueblo.
Y con esta disposición marchamos el día 30 por la noche a Guanajuato partiendo de la Ciudad de México. Llegamos en la madrugada a Silao Guanajuato para la marcha al monumento de Cristo Rey, como parte de la XXXII peregrinación nacional a este sitio de fe, nos congregamos más de 35 mil jóvenes procedentes de entidades como: Guerrero, Monterrey, Aguascalientes, Estado de México, México D.F. Jalisco, Michoacán, Morelos, Querétaro, Tamaulipas, Veracruz, Zacatecas, Guadalajara, Puebla, Hidalgo, entre otras nos.
El día 31 iniciamos el recorrido con la celebración eucarística presidida por el Nuncio Apostólico, Monseñor Christophe Pierre, concelebraron el Arzobispo de la Diócesis de León, Alfonso Cortés y unos 24 sacerdotes provenientes de las distintas parroquias de la república Mexicana.
El lema de la peregrinación fue: “Justicia y paz en México, compromiso y exigencia de la juventud”.
Justicia y Paz hoy en México es un tema que a todos los jóvenes, familias y a los mexicanos de forma general nos interesa porque nos afecta… el equipo organizador, escogió Justicia y Paz como lema puesto que hoy urge hacer un planteamiento de exigencia a que ¡ya basta! de tanta impunidad, de esa violencia exagerada en México porque hemos perseguido más intereses personales que el verdadero bien común.
Durante su homilía, Monseñor Christophe Pierre en repetidas ocasiones hizo un llamado para que los jóvenes sean agentes de paz, pero no por apatía o cobardía, sino de manera activa. Por otro lado, citó el lema utilizado el año anterior, “Por la paz, dejaremos nuestra huella”, y cuestionó a los jóvenes sobre cuáles acciones tomaron para concretar esto. El cuestionar sobre lo anterior y motivar sobre lo que se propone ahora, es un cambio muy importante y de fondo en el desarrollo del evento.
A su vez, haciendo eco del Papa Francisco, quien cita constantemente a Santa Teresa del Niño Jesús, que dice: “en el corazón de la Iglesia yo seré el amor”, exhortó a los jóvenes diciendo: “En el corazón de México sean ustedes el amor”.
Después de la bendición final iniciamos nuestro peregrinar hacia el cerro del cubilete. Tras varios kilómetros de recorrido, donde prevalecieron cánticos y porras al grito de “Viva Cristo Rey”, llegamos al encuentro con el Cristo de la Montaña.
Esta experiencia fue totalmente significativa tanto para nosotras como para los jóvenes, al palpar el rostro joven de México y que había un deseo claro de encuentro con Cristo, de compartir y disfrutar la fe junto a otros jóvenes haciendo comunión como país: orar y ofrecer nuestro peregrinar para pedir por México.
En el compartir con los jóvenes de la parroquia Jesús Sacerdote cada uno de ellos pudo expresar lo que vivió durante los 25 kilómetros que recorrimos para llegar a Cristo Rey. Lo consideraron como una experiencia importante, llena de vitalidad, de contacto con los Hnos. y al mismo tiempo es invitación para continuar en la pastoral juvenil desde una actitud más activa y comprometida con la realidad social que atraviesa México desde nuestro carisma Carmelitano Palautino de devolver la belleza de la Iglesia a esa parte llagada y desfigurada que atravesamos en México.
Laura Isabel Matamala Lienlaf, Novicia CMT y Norma Florencia Pérez Vargas, CMT