El 3 de Enero 93 jóvenes del Duoc UC, acompañados por nuestra Hna. Paola Riffo CMT, de la sede san Carlos de Apoquindo viajaron a Carelmapu, localidad a dos horas de Puerto Montt. Estos jóvenes tuvieron la misión de reparar el Colegio Francisco Cortés Ojeda que cumplió 170 años.
Cada día los misioneros iniciaban la misión con la oración y formación. Luego del desayuno se dividían en sus comunidades para realizar sus tareas como: visitas a las casas, pintar el colegio, reparar suelos de salas y arreglar baños. Por la tarde se continuaban con las visitas a las casas con la reparación del colegio y además se daban talleres de teatro, de computación, de cocina para los lugareños. Por la noche se presentaba todo lo vivido al Señor de la vida a través de la oración.
Los jóvenes experimentaron a Dios en el servicio y solidaridad de esta misión especialmente en la entrega de sus propios dones.
LOS DÍAS EN CARELMAPU FUE UN TIEMPO DE ESCUCHAR A JÓVENES LLENOS DE SUEÑOS, POESÍA, LAMENTOS Y QUEBRABTOS— JÓVENES QUE SON EL PRESENTE DE CHILE Y QUE DAN SU TIEMPO, SU TALENTO Y SU ALEGRÍA PARA ALEGRAR A OTROS… GRACIAS MIS QUERIDOS AMIGOS POR CADA MINUTO VIVIDO YA NOS VEREMOS–
HNA PAOLA CMT
La presencia de la hermana Paola fue tremendamente importante para todos, nos escuchó y nos incentivo a creer en la fe.
Finalmente las misiones solidarias no son solo para ayudar a otra gente, también es para sanarnos a nosotros mismos.
El poder vivir esta experiencia realmente es única, y poder compartirla con la hna Paola fue mucho más, ella nos abrió la mente con temas que a veces somos ajenos, aparte de entregarnos un apoyo emocional que se agradece.
Las misiones solidarias, siempre nos cambian un poco la forma de ver las cosas, nos hace valorar lo que tenemos, nos abre la mente a diferentes realidades, y nos ayuda a tener en cuenta que todo lo que hacemos tiene una respuesta y a veces pequeños gestos pueden ayudar y alegrar a una comunidad entera. Nosotros estamos al servicio de la comunidad, y el poder sacar una sonrisa entregando un mínimo apoyo nos hace crecer en espíritu.
Y como escribieron en otro comentario, también nos ayuda a nosotros a sanar y remediar heridas.
Misiones solidarias es una experiencia mágica en donde uno cree ayudar a personas con realidades distintas y se da cuenta que el que sale ayudado es uno. Cada palabra cada gesto cada estado de ánimo marca el.rumbo de la.mision. Comienzan a aflorar personalidades y con ellas los conflictos. Cada uno tiene una identidad y con ella una forma distinta de ayudar. Cada comunidad es única y tiene una necesidad distinta es por esto que debemos ponernos en disposición y adaptarnos. En misiones aprendí a conocer la.palabra de jesús la.cual no es nada mas que amor, amor incondicional por el otro por uno amor por el conocimiento y la entrega amor por los niños y sus miradas inocentes.aprendí a dar un paso alado y priorizar por los demás sin nunca olvidarme que existo y aprendo de cada gesto misiones es un encuentro con la naturaleza conmigo y los demás. Cada vez que llego de vuelta conozco algo mas sobre mi y aprendo sobre los demás.una experiencia única que todos deberían vivir.
Esta es mi segunda mision, realmente cada uno tiene algo especial, en esta oportunidad comparti con mas gente, al principio todos un tanto retraidos pero al pasar los dias se crearon lazosmuy lindos y al finalizarlas ya éramos todos como hermanos. Realmente la experiencia es hermosa, escuchar las realidades de la gente de la zona, disfrutar el paisaje y sentir nuestros corazones llenos llenos de alegria por la ayuda que realizamos al colegio.
La verdad es que no fueron unas misiones fáciles para mi, por primera vez tomé un cargo de jefe de misiones y la responsabilidad es mucha. Sin embargo creo que supe verle el otro lado a esa asignación, y pude sobrellevarla con altos y bajos junto a los demás jefes.
En esta nueva experiencia tuve la grandiosa posibilidad de conocer a muchas más personas que habitaban el lugar que visitábamos. Conocí personas, conocí historias, penas y sentimientos cargados de nostalgia. Con tan solo verlas sonreír el corazón se me llenó de emoción. Son memorias que jamás voy a olvidar, quizás no pude compartir tanto como un misionero más, pero sí siento que fui premiado con la experiencia de dejar los pies en la calle por saber cómo está el otro.
En la aventura de misionar las emociones están a flor de piel, y es ahí cuando le digo a los chicos que si una lágrima se escurre espontáneamente por la mejilla, es porque es ahí cuando valoramos y tomamos el peso a lo que tenemos, cuando estamos lejos de todo y prácticamente estamos solos en un lugar lejano.
Esta fue mi tercera misión, espero que no sea la última, y solo me queda ofrecerles a cada misionero y a cada persona misionara, mis más humildes respetos.
A veces en la vida te enfrentas a experiencias que te marcan, que te hacen crecer y ver cosas que no habías sido capaz de observar, pero siempre estuvieron ahí… O vivir cosas que solo conocías en teoría. Entender es distinto a comprender, y a pesar de que la diferencia entre estos conceptos sea mínima, es crucial. Los detalles hacen de la vida la maravilla que es, y le entregan un sabor y un color especial a cada vivencia.
Cuando entiendes simplemente conoces, cuando comprendes, haces de ese conocimiento profundamente tuyo, lo vives y lo compartes. Y cuando compartes, generas lazos con los que te rodean, que te hacen comprender las cosas que viven, haciendo que esas experiencias sean tan tuyas como de los demás, es hermoso, es un crecimiento mutuo.
Si algo rescato realmente de estas “misiones solidarias”, es eso… El disfrutar del día a día con más seres humanos como yo, con grandes problemas y hermosas vivencias, con alegrías y penas, con a veces, exactamente las mismas angustias que yo tengo, que se quitan y se maduran gracias a el apoyo que todos nos ofrecemos. Estas fueron mis primeras misiones, y espero que sean más. Para así sentir que soy un individuo más junto con todos, y de esta manera, sentir que respiro… Sentir que estoy más vivo que nunca.
Ya llevo varias misiones en mi vida, pero sin duda alguna cada una de ellas me marca de manera diferente. Cada misión es una nueva experiencia, se conoce gente nueva, realidades diferentes y sin querer un solo y simple gesto se transforma en la alegría más grande de personas que lo necesitaban. Éstas misiones conocí gente nueva y conocí personas que siento que conozco de toda la vida. Estoy muy feliz de dicha experiencia, creo que cada día me siento más llena y sana junto a gente maravillosa que dios me ha puesto en el camino. Casualidad o coincidencia? Da igual. Lo importante es que estamos todos en un mismo lugar, con una misma misión, una misma aventura y con las ganas de ayudar y brindar amor a quienes lo necesitan. Cuando las fuerzas se unen somos uno y eso es lo más lindo de todo.
La vida se compone de muchas realidades… Un país lo forman distintas circunstancias y situaciones… Viajar a rincones donde no son demasiado mencionados, y encontrarte con gente que te abre las puertas, además de compartir con las personas con las que viajan, hace que una se vaya haciendo cada vez más humana, o más consciente de lo que puede llegar a vivir y sentir una persona (siendo genérica, el ser humano).
Gracias a tod@s cuantos habéis formado parte de este equipo…
Un abrazo y mucho agradecimiento de una humilde caminante…