Desde el “Habemus Papam” del pasado miércoles que el Papa Francisco se ha mantenido “gestos” que lo han diferenciado de su antecesor, el Papa emérito Benedicto XVI.
Y estas diferencias se notaron aún más este martes, en la entronización del primer Pontífice latinoamericano. Uno de los “gestos” que diferenciaron esta ceremonia respecto a la de su antecesor ocurrió durante el recorrido rumbo al Vaticano tras abandonar la Casa Santa Marta, cuando el nuevo Pontífice hizo detener el “papamóvil” en dos ocasiones.
Una de ella fue para saludar a un pequeño niño al que le pasaron en brazos, mientras que algunos metros más adelante el Papa descendió del vehículo para bendecir personalmente a un joven enfermo que se hallaba entre la multitud en la Plaza de San Pedro.
En la ceremonia, el Papa Francisco recibió el anillo del Pescador, símbolo de poder del Pontífice y deberá llevarlo hasta su muerte o renuncia, que en esta ocasión fue de plata dorada y no de oro como ocuparon sus antecesores.
En tanto, la diferencia más importante de esta entronización con respecto a las anteriores, fue la presencia del patriarca ecuménico Bartolomé de Estambul, marcando la primera vez que el líder de los cristianos ortodoxos asiste a la misa inaugural de un Papa en Roma desde el cisma entre el cristianismo occidental y oriental en 1054.
(Fuente: emol.cl)