El Papa acogió en su regazo a un hombre afectado de neurofibromatosis, una enfermedad neuronal que produce tumores en la piel y deformidades en los huesos.

Es una de las enfermedades genéticas más comunes, pero la apariencia de los enfermos genera todo tipo de rechazos contra ellos. El mal, por supuesto, no es contagioso. El Papa ha querido dar un mensaje de solidaridad y comprensión acogiendo al enfermo en su regazo y tomando su cabeza entre sus manos durante varios minutos.

Estas fotografías han conmovido al mundo católico a través de las redes sociales.