Rimsha Masih, una joven cristiana paquistaní de 11 años llamada y que padece síndrome de Down está encarcelada desde el pasado 16 de agosto en Pakistán acusada de “blasfemia” contra el islam.

Se la acusa de haber quemado públicamente unas páginas del Noorani Qaida, un libro que se utiliza para la preparatoria del estudio del árabe y del Corán. Una “multitud encolerizada” se congregó para exigir que se le aplique la ley contra la “blasfemia”, que en Pakistán puede conducir a la pena de muerte contra el acusado. Suficiente para caer bajo la ley contra la blasfemia, que no tiene en cuenta las circunstancias: el libro estaba ya en un vertedero cuando ella lo encontró, y ni siquiera sabe leer.

En el caso de Rimsha, la policía de Islamabad procedió a su detención. Según Asia News, está internada en el reformatorio de Rawalpindi y será juzgada a finales de este mes tras una detención cautelar de 14 días decretada por el juez. Tras los hechos, “numerosos cristianos que vivían en su barrio han abandonado sus casas por temor a las represalias”. Esa masa de personas que exigieron venganza contra la niña amenazaron a todos sus vecinos, tras atacar también a su familia, afirma Asia News.

El actual ministro de las Minorías, Paul Bhatti, se ha puesto en contacto con los líderes musulmanes para controlar la situación y salvarla de la cárcel, informa Asia News. Por su parte, el obispo de Islamabad-Rawalpindi, Rufin Anthony, afirma que la niña, por su discapacidad psíquica, “no ha hecho nada a propósito” y está “muy traumatizada”.

La presión interna e internacional para que Rimsha Masih sea liberada se ha incrementado a medida que se acerca el martes, en que tendrá lugar la primera vista judicial tras catorce días de detención. La defensa, a través del abogado y diputado cristianoTahir Naveed Chaudhry, ha presentado a un tribunal de primera instancia en Islamabad una solicitud de liberación centrada en la creación de una comisión médica especial que determine la edad de la niña y certifique la trisomía 21 o síndrome de Down que padece. Se trata de conseguir la anulación total de los cargos para que pueda huir legalmente del país, porque una libertad bajo fianza, que le impediría abandonarlo, conduciría probablemente a su ejecución extrajudicial, como ha explicado el sacerdote Emmanuel Yousaf, director de la comisión Justicia y Paz de la conferencia episcopal paquistaní.

De hecho, Hafiz Khalid Chishti, imán de la mezquita local de Umara Jaffar, en Islamabad, que fue quien presentó formalmente la denuncia contra la niña, sostiene que lo hizo para evitar su linchamiento y las represalias contra las familias católicas que, de todas formas, han tenido que abandonar el barrio. El imán, en cualquier caso, sostiene que Rimsha era plenamente consciente de lo que hacía y por tanto defiende que se le aplique toda la severidad de la ley de la blasfemia.

Además de las gestiones diplomáticas, la Santa Sede se ha implicado a fondo en la causa a través del cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, quien recordó en Radio Vaticano las circunstancias de los hechos: “La niña estaba revolviendo entre las inmundicias para vivir, y encontró los fragmentos de ese libro, que no sabe leer, entre las inmundicias”.

Fuente: Asia News